dilluns, 23 de juny del 2014

UCRANIA Y EL EFECTO PLACEBO

Aquest article està escrit per l'amic Salvador Sendra Perelló. Està escrit en castellà  perquè el va enviar a El País, on li van dir que per publicar-lo l'hauria de retallar. Com l'article si es retalla perd l'esència i com que paga la pena llegir-lo, el publique al blog.
 
 
UCRANIA Y EL EFECTO PLACEBO
Detesto las teorías que apuntan a que el conocimiento de la historia nos puede servir para evitar repetir los errores ya cometidos porque estas situaciones se repiten constantemente y, por qué no, en períodos cíclicos. Más bien, se me puede considerar como próximo a las otras, a las que, como Nietzsche, nos recuerdan eso que él anunciaba como el «eterno retorno» o la constante vuelta atrás.

La espiral como efecto óptico, la propuesta por este filólogo-filósofo, resulta adecuada para resolver unas situaciones que, aunque nuevas, nos resultan previsibles y familiares: la crisis, la pérdida de valores, la decadencia... La historia, por tanto, se puede repetir porque las causas de cada ciclo son humanas y, hasta ahora, que sepa yo, humanos somos los que las estudiamos y analizamos.

Leyendo a Salustio, en uno de sus libros que trata sobre la guerra contra Jugurta,  el político e historiador romano atribuía las causas de los males de Roma a la corrupción del final de la República. Las causas personales que lo llevaron a hacer este juicio no las voy a analizar pero sí que diré el resultado de su indagación: la pérdida del enemigo externo.

Aplicando estas premisas a nuestra situación actual, y haciendo el ejercicio mental que supone vestir de cartagineses a los soviéticos, se podría decir que la caída del muro, o sea, la victoria del capitalismo que se tiene como el gran triunfo del final de siglo, más que un triunfo fue un indicador del declive occidental que, sin un enemigo en el que proyectarse, anunciaba el predecible final del ciclo; pero del ciclo capitalista.

Las maniobras rusas para levantar (de nuevo) el muro pueden ser analizadas como una vuelta al orden preestablecido del equilibrio. La Guerra Fría y la nostalgia de la URSS, el conflicto de Ucrania y el engaño que han sufrido los países del Este, un liberalismo tutelado ruso y los recursos nacionalizados… Parece que hoy la historia se tiene más en cuenta y, de momento, a nadie le interesa la vuelta al imperio ni al feudalismo.

El fracaso del bloque soviético no es otra cosa que el fracaso del bloque occidental. El conflicto sin conflicto, el equilibrio entre ambas partes, la Guerra Fría, fue un espejo en el que se miraron ambos grupos pero que, en realidad, reflejaba a cada uno: Narcisos enamorados. Ucrania, por tanto, si se ve desde esta perspectiva, no es más que un pequeño (des)acuerdo en el que nadie va a intervenir porque su resultado, sea el que sea, interesa a todos aunque, al final, y para ser coherente con mi punto de vista, se trate de un placebo: una pastilla de calcio para un enfermo grave.
Salvador Sendra Perelló

1 comentari:

Salvador ha dit...

Cada dia estic més convençut d'este article i el temps, de moment, em dóna la raó.